Texto de Carmen Bernabé
Fotografía de Pedro Luis Bernabé
Parque Nacional de Ordesa. Monte Perdido. Cilindro de Marboré. 03/07/2012
Buscando mi identidad, empecé a subir las montañas más
cercanas de mi pueblo.
Con gran esfuerzo aprendí, explorando empinados senderos,
agarrado a las piedras fui subiendo por ellas, atrás quedaban mis miedos.
En el Parque Nacional de Ordesa emprendo una subida, es
Monte Perdido, supera los 3.000 metros de altitud.
Equipado para esta escalada voy subiendo por una de sus
laderas. Bajo mis pies observo la tierra llena de plantas silvestres. Ya pasó
la primavera.
En esta escalada vives tantas sensaciones que son
inexplicables. Miras hacia lo alto y con su presencia sublime, vas diciendo: llegaré a tu cima, puedo subir,
yo puedo.
Voy superando los tramos y cumpliendo mis retos y en ellos,
descanso.
La montaña ejerce en mí un gran magnetismo, me trasmite la
fuerza que tiene consigo.
No puedo mirar atrás no puedo, tengo que seguir subiendo, me
encuentro agotado, respiro lentamente, como mis pasos lentos y, en un último
esfuerzo, llego a la cima; en ella quedo atrapado por una belleza de tal magnitud,
que el hombre no la supera.
Las cumbres, azotadas por grandes nevadas y fuertes
ventiscas, muestran parte de sus rocas desnudas de nieves con formas
cilíndricas esculpidas por los milenios que han modelado su cima.
Carmen Bernabé
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